
Los vinos de Richard Kershaw combinan el rigor de un Master of Wine con la expresión pura del terroir sudafricano, dando vida a etiquetas elegantes, complejas y profundamente memorables.

Dice Richard Kershaw de si mismo: «Como persona a la que le gustan los detalles y tiene un toque de nerd y geek, me gusta profundizar en las peculiaridades y métricas más pequeñas que enfrentamos en la elaboración del vino».

«Mi filosofía no es tanto una rúbrica. Se trata más bien de intentar elaborar vinos que reflejen el sentido del lugar, elaborándolos de forma no intervencionista; es intentar reflejar esas cualidades en la copa».
«El énfasis debe estar en primer lugar en el viñedo, pero también creo que el ciclo de maduración juega un segundo papel importante, mientras que la vinificación es posiblemente sólo el tercero».

En el corazón de Sudáfrica, rodeado por las montañas de Hottentots Holland y bendecido por una brisa oceánica constante, se encuentra el valle de Elgin, una de las regiones vinícolas más frescas y elevadas del país. Es aquí donde Richard Kershaw MW (Master of Wine), una de las figuras más respetadas del mundo vinícola sudafricano, ha establecido su bodega homónima con una visión clara: elaborar vinos de clase mundial con una fuerte expresión de terruño.

Richard Kershaw, Master of Wine y enólogo de precisión, fundó su bodega en Elgin con un objetivo claro: producir algunos de los mejores Chardonnay, Syrah y Pinot Noir de Sudáfrica con un enfoque casi científico en el clonal y terroir matching.
Con una vinificación precisa y detallista, sus vinos muestran una elegancia estructural, pureza varietal y capacidad de evolución poco comunes. Kershaw utiliza clones específicos para cada parcela, buscando siempre la armonía perfecta entre fruta, acidez y textura.
Valle de Elgin, Un Clima Singular para la Viticultura


Elgin Valley ofrece condiciones excepcionales para el cultivo de uvas finas. Con altitudes que oscilan entre 300 y 600 metros sobre el nivel del mar y una marcada influencia marítima procedente del cercano océano Atlántico, esta zona goza de una temporada de maduración prolongada. Esta característica permite que las uvas desarrollen una acidez natural vibrante, un perfil aromático preciso y una estructura elegante.
Richard Kershaw, consciente del potencial del lugar, seleccionó cuidadosamente parcelas específicas con suelos pedregosos y arcillo-esquistosos, ideales para el cultivo de Chardonnay, Syrah y Pinot Noir, sus variedades emblemáticas.