
La naturaleza y su equilibrio perfecto que nos recuerda que todo fluye mejor cuando lo hacemos con respeto y paciencia. Esa es la esencia de Casa Yagüe, nuestra casa, donde el esfuerzo se convierte en vino, y lo cotidiano en algo extraordinario.

Un proyecto de autor que nace en el corazón del Valle de Trevelin, donde cada botella refleja el respeto por la tierra, el silencio de la altura y la búsqueda de lo auténtico.

Marcelo Yagüe, su esposa Patricia Ferrari y sus hijas llevan adelante hace apenas siete años la bodega Casa Yagüe en Trevelin. Su eje son viñedos plantados por ellos mismos en el 2014 a 500 metros del río Futaleufú, en el centro de un valle fértil casi en el límite con Chile.
Con una producción boutique y una fuerte impronta familiar, esta bodega combina tradición, sustentabilidad y creatividad para elaborar vinos únicos que narran una historia íntima con la tierra.

Comprometida con prácticas agroecológicas, Casa Yagüe cultiva sus viñedos de manera orgánica, respetando los ciclos naturales y apostando por métodos manuales y una mínima intervención.
El resultado: vinos con personalidad, frescura y una elegancia rústica que enamora a conocedores y paladares curiosos por igual.

Tras aprender y viajar por Argentina y el mundo, en 2017 Marcelo Yagüe y Patricia Ferrari lanzaron su vino inaugural, seguido por la construcción de la Bodega Casa Yagüe un año después.
Comprometida con la sustentabilidad, la bodega fusiona viñedo, huerta, ganadería y ovejas, utilizando abono animal y métodos orgánicos y biodinámicos.
Casa Yagüe


La bodega también ha sabido proyectarse como un destino de encuentro y arte.
A través de experiencias personalizadas, degustaciones en espacios artísticos y eventos culturales, Casa Yagüe se posiciona como un proyecto vitivinícola que trasciende la producción para convertirse en una propuesta sensorial y emocional.