Los vinos de Avondale son auténticas expresiones del terroir, elaborados con mínima intervención y sin aditivos sintéticos.
Desde su icónico vino blanco “Anima” hasta el complejo tinto “La Luna”, cada etiqueta revela una cuidadosa crianza en barrica y una pureza notable. Se utilizan levaduras indígenas y técnicas tradicionales como la fermentación en huevos de arcilla.
La finca vinícola Avondale es una de las más antiguas de la región. En 1694, el gobierno de aquel entonces cedió el terreno a Hendrick Roodeberg. Este terreno se conocía como Gele Blomme Vallei debido a la flor específica que florecía en la región. Los primeros registros indican que fue una de las primeras tierras del valle de Paarl en destinarse específicamente a la producción de uvas para vino.
Con el tiempo, la granja cambió de nombre y partes de ella se subdividieron y vendieron.
En 1996, la familia Grieve adquirió la granja de 160 hectáreas que hoy se conoce como Avondale. John y Ginny Grieve cedieron la explotación agrícola a su hijo menor, Johnathan Grieve, quien es el actual propietario. Johnathan no tenía experiencia en agricultura, ya que estudiaba arte. Su madre, Ginny, comenta que su escasa experiencia agrícola se debía a que, desde los 3 años, vendía verduras a los vecinos. Sin embargo, Johnathan aceptó el reto y lanzó la primera cosecha bajo la etiqueta Avondale en 1999. Ha sido pionero en la transformación de toda la finca en una de las granjas biodinámicas y orgánicas líderes a nivel mundial.
Ubicada en Paarl, Avondale es una bodega pionera en viticultura biodinámica en Sudáfrica.
Esta finca familiar de siete generaciones ha hecho de la sostenibilidad su pilar, cultivando sus viñedos bajo principios holísticos que respetan la biodiversidad, los ciclos lunares y la vida del suelo.
El lema de la bodega, «Terra Est Vita» (la tierra es vida), se refleja en cada detalle del proceso productivo.
En 2003, diseñamos una bodega innovadora en el lecho seco de un río centenario, aprovechando las bajas temperaturas subterráneas para reducir nuestra huella de carbono.
Nuestras instalaciones de flujo por gravedad minimizan la interferencia mecánica, garantizando así la máxima calidad de nuestras uvas. La bodega incluye tanques de fermentación, celdas de maduración y una galería de catas donde los visitantes pueden experimentar nuestra artesanía de primera mano.
Avondale. Una innovación sostenible
Además de producir vinos excepcionales, Avondale promueve una filosofía de hospitalidad integral.
Su elegante wine lounge y restaurante FABER (de inspiración slow food) invitan a vivir la experiencia del vino desde el origen, en un entorno en perfecta armonía con la naturaleza
