
Fromm destaca por su Pinot Noir, Syrah y Malbec, elaborados con fermentaciones espontáneas, crianza equilibrada y mínima intervención. El estilo europeo se funde con la frescura de Marlborough, dando como resultado vinos estructurados, elegantes y llenos de matices.
Fromm Winery, en Marlborough, encarna la viticultura biodinámica con una elegancia genuina: vinos llenos de carácter, integridad y espíritu del viñedo.

Desde los años 90, Fromm Winery y Hätsch Kalberer cultiva en Marlborough con principios biodinámicos y sin químicos, elaborando vinos que expresan con autenticidad el carácter de cada parcela.
Esta filosofía, arraigada en el respeto por el entorno y el tiempo, ha convertido a Fromm en un referente de integridad y coherencia dentro de la escena vitivinícola neozelandesa.

Fromm Winery se especializa en vinos de parcela única, elaborados con una filosofía de mínima intervención que respeta tanto el carácter varietal como el origen del viñedo.
Cada vino es fermentado con levaduras naturales, sin clarificar ni filtrar de forma agresiva, lo que permite que la expresión del suelo y el clima de Marlborough se muestre con claridad y autenticidad. La bodega combina prácticas biodinámicas con un estilo europeo refinado, consolidando su reputación como productor de vinos con alma y profundidad.

Bajo la mirada atenta del enólogo Hätsch Kalberer, y apoyado hoy por viticultores como Daniel Ah-Loy, Fromm guía suavemente cada fermentación para preservar la textura, pureza y tipicidad varietal.
Su personalización por bloque como Clayvin, Quarters o Churton, refuerza la fidelidad al terruño.
La colección de sacacorchos de Fromm Winery


FROMM Winery apuesta por vinos del Nuevo Mundo con alma del Viejo Mundo, manteniendo el uso del corcho natural como cierre ideal, especialmente en tintos y blancos con potencial de guarda. Según Pol Lenzinger, director de la bodega, “el ritual del corcho forma parte del disfrute del vino”.
Pol ha reunido durante más de 50 años una impresionante colección de sacacorchos y herramientas de vinificación, que hoy se exhibe en la sala de catas de la bodega. La muestra incluye desde piezas elegantes hasta modelos militares, además del primer sacacorchos patentado en 1795 y el único con patente neozelandesa, de 1945.
Una visita obligada para los amantes del vino y la historia.