
Intipalka, un homenaje al antiguo Perú y a la calidez del Valle de Ica.

“INTIPALKA” significa “VALLE DEL SOL” en quechua, lenguaje hablado durante el Imperio de los Incas. Hace referencia al valle de donde provienen los vinos, el valle de ICA, reconocido desde la antigüedad por su clima y suelos excepcionales para la agricultura.

Eran tiempos de Guerra para el Perú aproximadamente en 1877, cuando los Queirolo llegaron desde su natal Génova, Italia y fueron a instalarse al antiguo distrito de la Magdalena Vieja creado a mediados del siglo XVI, rebautizado en 1821 por el General Don José de San Martín con el nombre de Pueblo Libre.
Se inicia la historia de nuestra taberna: la fundación de la Bodega Queirolo. Don Santiago Queirolo se encarga, personalmente, de la elaboración de vinos y piscos y se sumerge en este nuevo negocio.
En 1906, Viñas Queirolo lanza al mercado sus primeros vinos embotellados

Los viñedos de Intipalka se sitúan al pie de los primeros contrafuertes de la Cordillera de los Andes, a 500 m.s.n.m. y más de 60 kilómetros de la costa, de la que es separada por el desierto sureño. Cuentan con suelos francos, profundos y ricos en magnesio con riego tecnificado. El clima es desértico, con inviernos frescos a fríos sin riesgos de heladas y veranos especialmente soleados y calurosos. Gran amplitud térmica diaria, que en algunos casos alcanza diferencias de hasta 20 grados entre el día y la noche.

El equipo técnico está liderado por el enólogo mendocino Luis Gómez, acompañado como asesor por el también argentino Alejandro Sejanovich.
Intipalka nació con vinos varietales -Malbec, Tannat, Syrah, Chardonnay y Sauvignon Blanc- y en una siguiente etapa llegaron los Reserva que tiene paso de algunos meses por madera.
La línea Nº 1 es el vino con mayor ambición y lleva el reto de justificar su nombre en cada cosecha. Cada año va cambiando su mezcla y su régimen de crianza
Bodega Intipalka


En Intipalka, el enoturismo se vive con todos los sentidos. Pasea entre viñedos, conoce el proceso del vino y disfruta de catas guiadas por sommeliers que comparten su pasión. Cada experiencia está pensada para sorprender: desde degustaciones y maridajes con productos locales hasta almuerzos en un entorno natural que invita a relajarse.
Podrás elegir recorridos grupales, propuestas exclusivas o atardeceres con copa en mano, siempre acompañados de vinos que reflejan la esencia de Perú.